El
nuevo escenario de la educación a distancia en América Latina
Claudio Rama
- El
modelo tradicional de educación a distancia informal en AL
La
educación a distancia ha tenido una larga y profusa experiencia en muchos
países y regiones del mundo.[i]
A diferencia en América Latina, la educación a distancia ha tenido una reciente
y relativa presencia histórica y focalizada en la educación no formal. Su desarrollo
se desarrolló desde los años 50 y fundamentalmente ha estado asociado a la formación docente, a programas de
alfabetización para adultos y a la educación intercultural bilingüe para
indígenas. Los maestros en ejercicio, la población adulta analfabeta y la
población indígena fueron los primeros receptores de esta modalidad educativa en
el continente, generada en organismos burocráticos
públicos creados para tal fin o a través de programas específicos. Más allá de
su amplia diferenciación en regiones y países, en general esta educación a
distancia no estaba articulada al interior de las instituciones educativas
dentro del sector formal, sino que era en general resultado de proyectos
puntuales que buscaban cubrir una demanda específica insatisfecha que no
lograba responder el sector formal. Era concebida como una educación remedial o
compensatoria de la enseñanza
La
educación a distancia orientada a los docentes en ejercicio, propendía a que se
realizara un proceso de actualización de sus competencias así como el
desarrollo de un mecanismo que permitiera también la certificación de
competencias a partir de determinados módulos de enseñanza y la realización de
pruebas asociadas a estos cursos a distancia. La dispersión geográfica de los
docentes en las escuelas, las carencias financieras para el traslado a los
centros de educación tradicional (las normales), el ser un momento histórico de fuerte
crecimiento de la cobertura media y básica, el ser una población adulta, y ser
estos cursos obligatorios o asociados a ingresos salariales adicionales, fueron
los ejes que facilitaron e incentivaron que la formación docente se
estructurara a través de la educación a distancia. México fue un caso muy
significativo de este proceso, asociado además a nuevas concepciones sobre el
rol del maestro en las comunidades y de la búsqueda de aumentar la calidad en contextos de creciente expansión
de las demandas de acceso en poblaciones rurales a través de la
profesionalización de los docentes.
Igualmente,
en el caso de la población indígena, el instrumento más importante de educación
fue la modalidad a distancia. Su alta dispersión en los territorios, la
dificultad de desarrollar procesos formales de enseñanza conjuntas para la
población indígena y no indígena, dadas sus especiales necesidades educativas
por sus carencias lingüísticas y el tipo de pertinencia y de mercado laboral específico
en diferenciados en las comunidades, facilitaron el uso de las metodologías de
la educación a distancia para esos sectores. Finalmente, las políticas de
alfabetización y de educación de adultos, también por su dispersión, por su carácter
de ser programas puntuales que permitiesen leer y escribir a esta población y
facilitar algunos recorridos en el sector formal, llevaron al uso intensivo de
modalidades de educación a distancia para estos sectores. El cuadernillo, los
programas radiales, o inclusive la televisión, fueron los instrumentos
didácticos que apoyaron esas modalidades educativas en varios países.
Así,
la educación a distancia nace en el continente asociada a espacios informales
de enseñanza, destinada a públicos específicos y dispersos, a través de
modalidades organizacionales, en general no permanentes, bajo la supervisión de los Ministerios de
Educación, y siempre pensadas como aprendizajes remediales de compensación para
permitir alcanzar los conocimientos que el sector formal no había logrado
transmitir a estas personas. Eran también educaciones terminales, y no estaban
en general articuladas con otros sectores o niveles que pudieran permitir recorridos académicos posteriores para estos
sectores.
Podría
decirse que era una educación marginal a las estructuras formales para formar a
sectores excluidos de estos niveles, y los cuales carecían en general de las continuidades, los procesos
de supervisión y de evaluación académica, las articulaciones académicas, y los niveles
de calidad de las modalidades presenciales. Nació como educación de baja
calidad para llevar adelante procesos educativos remediales para sectores con
bajos capitales culturales, y contribuyó por ende a conformar un núcleo de
opinión crítico y negativo sobre el valor de esta modalidad educativa.
- El
ingreso de la educación a distancia en la educación superior
En
los setenta en la región y a escala mundial, se produjo un cambio significativo
en la educación a distancia, al conformarse esta como un instrumento educativo también
para el nivel superior. Si bien ya existían experiencias, fundamentalmente en
Estados Unidos al interior de las Universidades, es con el nacimiento de la Open University en
Inglaterra y posteriormente de la Universidad Nacional
de Educación a Distancia (UNED) de España, cuando la educación a distancia se
comienza a consolidar como una de las modalidades de la educación superior a
distancia, con sus propias características y especificidades. En América
Latina, tal influencia, tuvo su correlato
en la existencia de crecientes demandas de acceso a la educación
superior por parte de nuevos sectores sociales, de una mayor complejización de
la educación presencial y de la existencia de restricciones financieras para continuar
expandiendo la cobertura a través de las mismas modalidades existentes.
En
la región, la expansión de las mayores demandas de acceso derivó en el
mantenimiento de la gratuidad y en la introducción de sistemas selectivos de ingreso
a las universidades públicas. Tales decisiones plantearon el inicio de la
diferenciación de la educación superior, cuyos ejes más marcados estuvieron
dados por la propia diferenciación del sector público a través de nuevas
instituciones con menos autonomía, recursos y complejidades académicas; la expansión de la nueva dinámica de la educación
privada marcada por su carácter de absorción de demanda; el desarrollo de una educación terciaria no universitaria para
sectores de menores ingresos; y también por el nacimiento de la educación superior
a distancia.
En
una amplia variedad de países de la región, y a través de diversas formas
institucionales, se produjo el nacimiento de la educación a distancia en la
educación superior, en el marco de un modelo conceptual similar en toda la
región. La educación superior a distancia que se gestó asumió la forma de una
educación semipresencial con el apoyo de materiales didácticos escritos, la
existencia de tutores con una atención a través de sedes distribuidas en el
país y en las cuales además se realizan las evaluaciones de los aprendizajes,
ya que los exámenes eran presenciales. Bajo este modelo educativo, el acceso era
libre y no requería de pruebas selectivas como en las universidades
presenciales. El público objetivo por su parte además de aquellos excluidos del acceso público, era de adultos y
se focalizó en sectores de menos
ingresos económicos y de menores capitales culturales que no lograban acceder al
modelo de tipo dual, por un lado un sector público con examen de ingreso y por
el otro privado con matrícula arancelada.
En
muchos países de la región la diferenciación institucional y las demandas de
acceso a la educación se expresaron en una de sus orientaciones a través de esta
modalidad de enseñanza, lo cual dio
inicio a la bimodalidad educativa en la región. Más allá de las excepciones de
algunos países, en general se produjo desde los inicios de la diferenciación, la
gestación de la modalidad de educación superior a distancia. Este ingreso de la
bimodalidad, sin embargo se produjo a través de una alta diversidad de
expresiones, en función de las particularidades propias de cada país.
Una
de las expresiones de esta nueva realidad, y sin duda la más conocida, consistió en la creación de
nuevas universidades preferentemente pública, específicamente orientadas a
ofertar bajo estas modalidades pedagógicas a distancia expresadas en modelos
educativos semipresenciales. Las
expresiones más importantes fueron la Universidad Estatal
a Distancia (UNED) de Costa Rica, la Universidad Nacional
Abierta (UNA) de Venezuela y la Universidad Nacional Abierta y a Distancia (UNAD)
de Colombia. En estos países, estas instituciones estuvieron asociadas al
establecimiento de exámenes de ingreso altamente selectivos en las
Universidades y funcionaron como ofertas de estudios terciarios sin restricciones de
ingreso. Mientras que las universidades públicas introducían restricciones al
acceso, se creaban en paralelo oportunidades de ingreso abierto a menos costos
por alumno y preferentemente para la población adulta. Tal desarrollo se asoció
al modelo de la Open University
que se basaba en la ausencia de restricciones de ingreso y la existencia de
restricciones de egreso, a partir de altos estándares de calidad del proceso de
aprendizaje. En el sector privado, la expresión más clara de esta modalidad en
ese momento se dio con la Universidad Técnica Particular de Loja en
Ecuador.
En
la región estas modalidades de ofertas de educación a distancia en la región
nacieron además con menos niveles de autonomía, más dependientes de los
Ministerios de Educación, y con
presupuestos por alumnos significativamente inferiores que las restantes
instituciones públicas. En Venezuela la
UNA para el 2004 tiene un costo por alumno de 1.14 millones
de bolívares, mientras que la universidad más costosa, la Simón Bolívar , tiene
un costo por alumno de 12,89 millones de bolívares y una media nacional del
sector público de 5,39 millones de bolívares. En el caso de Colombia, el costo
por alumno de la UNAD
para el 2006 fue de 0,626 millones de pesos, mientras que la Universidad más
costosa, la Universidad Nacional
tuvo un costo por alumno de 11,494 millones de pesos, y la media nacional del
costo por alumno en la educación superior pública fue 5,007 millones de pesos.
Mientras que en Venezuela la diferencia entre la más cara y la UNA es 11,30 veces en Colombia, la diferencia es mayor y alcanzó
a 21,12 veces. [ii]
Tales
diferencias también se han expresado en menores niveles de calidad, de formación de sus docentes y
también de infraestructuras muy inferiores a las de las restantes instituciones
públicas. También de menos autonomía, lo cual ha marcado que el recorrido político
de estas tres Universidades ha sido también el de la lucha por la obtención de
la autonomía, que la UNED
obtuvo a los cinco años de su creación, la UNAD en el 2005 y que la UNA carece al estar regida por
la Ley de
Universidades de 1971 que establece una menor autonomía para las universidades
experimentales.
Las
nuevas demandas por el acceso a la educación superior no presencial se
expresaron tanto a través de estas nuevas instituciones orientadas a la oferta
de modalidades educativas a distancia, como también a la expansión de ofertas a
distancia dentro de instituciones presenciales. Mientras que en el primer caso
se desarrollaron instituciones tanto privadas, como fundamentalmente públicas
que nacieron con la exclusiva misión de desarrollar ofertas bajo la modalidad a
distancia, y en el segundo caso, la expansión de la educación a distancia, se expresó
en la conformación de modelos bimodales de educación superior al interior de
las instituciones que en diversa proporción utilizaban y mezclaban ofertas
presenciales y ofertas a distancia.
Casos
más llamativos de bimodalidad se dan en México y Honduras, donde se
desarrollaron ofertas de educación a distancia al interior de las Universidades
autónomas, que comenzaron a estructurar un modelo bimodal en términos
pedagógico, organizativo y tecnológico. Casi todas las grandes Universidades
autónomas de México, como la UNAM ,
la Universidad
de Guadalajara, la de Veracruz o la de Puebla, comenzaron a ofertar, en el
marco de sus políticas de regionalización y de restricciones de acceso abierto,
una nueva oferta educativa a través de la educación a distancia, bajo dinámicas
semipresenciales con apoyo del libro y de guías didácticas especiales. La UNAM , como en muchos otros
temas, abrió un camino en la región, al establecer en forma autónoma, al tiempo
que la prueba selectiva de acceso bajo la gratuidad, una oferta educativa semipresencial
sobre la base de propender a ofrecer los mismos niveles y estándares de calidad
que la educación presencial universitaria. En 1974 se crea el Sistema de
Universidad Abierta (SUA) de la
UNAM que propendía a ofrecer oportunidades de acceso a la
institución, dado el establecimiento de cupos y exámenes a la educación
presencial, para aquellos que no lograban ingresar. El modelo del SUA
posteriormente también se basó en una selectividad de acceso, pero con menor
presión de postulantes versus ingresantes. La Universidad Central
de Venezuela (UCV) también desde la década del 70, asociado al establecimiento
de restricciones de acceso, propendió, aunque en muy reducida proporción, a
desarrollar modalidades de educación a distancia para quienes no podían acceder
a los sistemas presenciales
A
diferencia otro modelo de expansión de la educación a distancia al interior de
las universidades públicas se dio, en Honduras, tanto en la Universidad Nacional
Autónoma de Honduras (UNAH) desde 1985, como posteriormente en la Universidad Nacional
Pedagógica (UNPFM). En estas instituciones se desarrollo un modelo bimodal con
una educación presencial por una parte y por la otra, una educación superior a
distancia (semipresencial), y cuyas diferencias, en teoría eran sólo de
metodología de enseñanza y no por la forma del acceso, ya que se carecía de selectividad
de acceso a la educación presencial. En este caso, la educación a distancia, se
viabilizaba fundamentalmente para cubrir demandas en parte del territorio
nacional en el cual no había sedes regionales de ambas instituciones que
ofertaran educación superior en forma presencial. Ambos modelos con el tiempo, aún siendo de
acceso libres y sin sistemas de evaluación, se tendieron a diferenciar en la
calidad, el tipo de estudiante y el tipo de oferta disciplinaria.
En
otras universidades autónomas también se desarrollaron modalidades bimodales pero
asociadas a las propias Facultades y Escuelas,
y no como una modalidad educativa distinta a nivel de toda la institución
sino a nivel de las unidades académicas de base, de las carreras o materias. Ellas
se asociaron al nombre de “estudios libres” y tuvo sus ejemplos en la Universidad de Buenos
Aires (así como varias de las grandes públicas de Argentina) y en la Universidad de la República en el Uruguay
(UDELAR), que en el marco de modelos de acceso abiertos y dada la saturación de
las aulas y las limitaciones físicas de espacio, propendieron a establecer
restricciones de acceso al establecer modalidades de educación a distancia de
tipo semipresencial, donde algunos estudiantes estaban autorizados u obligados ha
llevar algunas materias en forma semipresencial y sólo estaba obligados a rendir en forma presencial los exámenes
finales junto a aquellos que seguían el curso en forma regular. En estos casos,
el carácter fragmentado de las universidades públicas con fuerte peso de las Facultades
llevó al desarrollo de estas modalidades de oferta a distancia y a formas
bimodales, no a nivel central, sino independientemente por parte de las distintas
Facultades en función de sus diferenciadas presiones de cobertura y de
problemas locativos.